El jabón de leche materna
¿Cuál es el interés del jabón con leche materna?
¿Has optado por la lactancia para alimentar a tu bebé? Ten en cuenta que si tienes excedentes de leche materna o si tienes leche materna que ya no es consumible, que tiene demasiada lipasa o que ha sido recalentada dos veces, no pienses en tirarla, ya que puede servirte para hacer tu propio jabón sólido. Te aportará varios beneficios debido a sus múltiples propiedades.
Todos los beneficios de la leche materna
Rico en vitaminas y minerales, la leche materna o oro blanco posee numerosas propiedades. Además de alimentar al bebé, se prepara en buenos platillos para el niño, cura las otitis y las conjuntivitis, limpia la nariz en lugar del suero fisiológico, y cuida del cuerpo. De hecho, es cicatrizante, calmante, hidratante, antiinfeccioso, antifúngico y antiséptico, a la vez que es relajante, suave y exfoliante. Transformarlo en jabón sólido 100 % orgánico es una excelente idea, es natural, orgánico, simple, económico y rápido de hacer. Este jabón de leche materna se utilizará para cuidar la piel de toda la familia e incluso la del bebé. Está adaptado a sus necesidades diarias, y se puede usar para lavar sus nalgas, de hecho, es excelente para eliminar bien el amoníaco de la orina y las heces, especialmente cuando el bebé está dentando. También es un jabón ultra suave, natural y sin fragancia, es muy respetuoso con la piel sensible de los recién nacidos. Además de ser un buen suavizante, calma de manera natural y efectiva el eczema, la sequedad, el enrojecimiento, el eritema, la costra láctea...
Nuestra receta de jabón de leche materna
Si deseas hacer, la receta de jabón de leche materna es muy fácil. Se necesitan 100 ml de leche materna, 100 g de jabón de Marsella rallado o en copos y 2 cucharadas de aceite de coco orgánico o de almendra dulce. En caso de no tener jabón de Marsella, el jabón de Alepo o el jabón de burra son una buena opción. La preparación requiere ciertos utensilios, a saber, una espátula, una cacerola y moldes de silicona. El tiempo de preparación de este jabón sólido es de unos diez minutos. Se comienza derritiendo en una cacerola el jabón rallado en la leche materna, a fuego lento o al baño maría. Luego, se añade el aceite de coco, se mezcla bien y se vierte en los moldes que deben colocarse 24 horas en el congelador para que los jabones se endurezcan. Cuando ha pasado el tiempo, se desmolda. Se necesita un mes para el secado. El jabón debe secarse a salvo de la luz, en un lugar seco y ventilado, pero es necesario que el aire circule alrededor. Lo ideal es colocarlo sobre una rejilla.
Es posible añadir en esta receta de este jabón natural miel para hidratar, para nutrir, para reparar y para calmar la piel, aceites esenciales para el olor o flores secas de temporada (manzanilla y caléndula para calmar y aportar suavidad, amapola contra el insomnio y el estrés, aciano para las pieles secas y cansadas…).
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